El centro en el estudiante

Verónica Fernández, Jefa del Servicio de Neuroftalmología del INCA:

“Es muy importante poner en el centro al estudiante, en lo que este requiere manejar y aprender”

Con una importante trayectoria en docencia, la Doctora Verónica Fernández comparte su experiencia en el INCA, formando a profesionales de postgrado en su especialidad, la neuroftalmología, con un enfoque que pone las necesidades de estos como eje, de manera de brindarles las herramientas y orientaciones para que obtengan las capacidades que requieran, sobre todo considerando que muchos, tras su paso por el Instituto, se establecen en regiones o lugares apartados donde necesitarán identificar y manejar inicialmente muchas patologías.

¿Cómo ha ido orientándose hacia la docencia?

Desde que ingresé al Departamento de Neuroftalmología del Instituto, me integré a la actividad docente ya que hay mucha rotación de residentes que se están formando y pasan por esta área, lo que generó en mí la inquietud de aprender sobre lo que era la docencia y por eso cursé un Magíster en Educación de Ciencias de la Salud, que es dictado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Allí conocí gente que trabaja en capacitar a los académicos, porque estos pueden saber mucho de su tema, pero no necesariamente sobre cómo transmitirlo en forma adecuada y es que muchas veces falta el componente pedagógico que nos cuesta y creo que es importante obtener.

A través de este Magíster pude después tomar contacto con profesores del Magíster de Docencia, para que vinieran a realizar talleres de capacitación al Instituto; se efectuaron por lo menos tres talleres con grupos de 20 personas, es decir, al menos 60 profesionales se han capacitado en docencia, en una instancia bastante práctica con sesiones semanales y trabajos en grupo pequeños, donde se discutía desde la parte curricular hasta diferentes tipos de metodologías y herramientas útiles para la docencia clínica, además de un módulo de evaluación, de distintas técnicas y un análisis actualizado de cómo se realizan estas. Esta experiencia fue muy buena y provechosa para todos los profesionales que participan en docencia en el INCA: enfermeras, kinesiólogos, técnicos paramédicos y médicos, y probablemente a futuro se deberán realizar nuevos talleres para los nuevos profesionales de recambio.

¿Qué recomendaciones compartiría para generar una buena docencia en base a su experiencia?

En base a la experiencia y a lo que aprendí dentro del Magíster, así como lo que he tratado de aplicar en la práctica de docencia diaria que hacemos en el Instituto, destaco que es muy importante poner en el centro al estudiante. No debemos estar pendientes de lo que tenemos que entregar, sino que muy centrados en lo que este requiere manejar y aprender, de manera de brindarle las herramientas y orientaciones para que lo adquiera, es decir, hacer un proceso mucho más activo y enfocado en lo que, finalmente, debe lograr esta persona que está en formación, qué capacidades debe tener, qué conocimientos y cómo debe aplicarlos. Entonces hoy nos focalizamos en cosas mucho más prácticas. Hemos reducido todo lo que es la parte teórica, lo que es información y que está en todos lados, ya que el acceso a esta es bastante amplio, pero es el procesamiento de esa información o la aplicación a cada caso específico, que muchas veces son muy complejos, donde hay que poner énfasis y es lo que hay que formar y desarrollar en las personas.

En este sentido, hemos ido cambiando nuestra metodología docente, estamos muy enfocados en revisar casos difíciles, porque se aprende mucho con los casos clínicos. Entonces vamos seleccionando aquellos que sean de interés, ya sea por dificultades diagnósticas o terapéuticas, casos debidamente anonimizados que podemos ir evaluando juntos, orientando al estudiante para que reflexione sobre qué piensa del diagnóstico, cómo enfrentaría el estudio, etc. El aprendizaje es mayor en la práctica.

Y respecto a los procesos de evaluación también es relevante ser consistentes: cuando uno está evaluando tiene también que evaluar casos clínicos y no solo los conocimientos, porque si queremos estimular a que los estudiantes aprendan a aplicar estos conocimientos en su práctica clínica, tenemos que buscar mecanismos de evaluación en que lo hagan.

“Estamos muy orientados a cada especialidad, pensando en las herramientas que necesita cada uno de los profesionales, ya que muchos después se van a lugares más apartados, no están en centros de alta complejidad como nosotros en el Instituto, y tienen que saber identificar y manejar inicialmente muchas de estas patologías”

¿Formar a estudiantes de postgrado tienen particularidades?

Mi principal foco son los estudiantes de postgrado. Quienes pasan por aquí son médicos o también tecnólogos médicos, que están haciendo especialidades afines con nuestra área profesional, es decir, rotan neurólogos, neurocirujanos, neurólogos infantiles y oftalmólogos, porque todos ellos pueden recibir pacientes con patologías neuroftalmológicas y el enfoque es dirigido y pensado en lo que a ellos les puede tocar definir y decidir. Por ejemplo, hay patologías que deben saber reconocer y manejar inmediatamente y quizás otras no necesitan manejar hasta el último detalle, pero sí tienen que ser capaces de reconocer para derivar oportunamente. Por lo mismo, el enfoque es muy práctico dependiendo de la especialidad; incluso en el INCA existen rotaciones específicas para neurólogos infantiles, pues el tipo de patología puede ser la misma pero el manejo es distinto si son niños.

Estamos muy orientados a cada especialidad, pensando en las herramientas que necesita cada uno de los profesionales, ya que muchos después se van a lugares más apartados, no están en centros de alta complejidad como nosotros en el Instituto y tienen que saber identificar y manejar inicialmente muchas de estas patologías.

¿Qué elementos marcan un sello distintivo en la formación que entrega el INCA?

La mayor fortaleza es la gran cantidad de pacientes al ser un centro de derivación nacional en patología neuroquirúrgica y, específicamente, el Departamento de Neuroftalmología recibe también derivaciones de todo el país, por lo que concentramos la mayor cantidad de pacientes con este tipo de patologías.

Además, en el INCA tenemos un sistema en el cual trabajamos como equipo multidisciplinario, de manera que podemos concluir y tomar determinaciones, porque podemos discutir los casos en el mismo momento con otros especialistas desde distintas perspectivas, es decir, hay una gran apertura el diálogo, a conversar los casos difíciles, y eso es extraordinariamente enriquecedor para los estudiantes y para todos nosotros.

¿Cómo es la experiencia propia para el docente?

Todos los que participamos en docencia no lo hacemos por interés económico, nos gusta y nuestra retribución tienen que ver con estar siempre activos intelectualmente, ya que uno aprende de los residentes. Por ejemplo, tenemos Fellows que no solo completaron su formación médica, luego hicieron la beca en oftalmología y ahora están cursando la subespecialidad en neuroftalmología y esos son los profesionales que más nos enriquecen porque están buscando lo último que ha aparecido en su especialidad. Entonces, todas las actividades docentes que hacemos con ellos, y los trabajos de investigación, nos permiten estar y mantenernos muy al día.

¿Qué destacaría de la “cultura docente” del Instituto?

En los profesionales del área de la salud siempre ha existido la cultura de formar a los profesionales más jóvenes. Mucha gente trabaja en el INCA sin tener horas de docencia y se compromete en formar, en el pabellón, en exámenes, etc. Está siempre presente ese compromiso con entregar conocimientos, lo que es muy bueno, aunque no suficiente, por eso es importante profesionalizar la docencia, y que la gente que esté a cargo tenga una formación superior para aplicar técnicas modernas de docencia y evaluación y, de esta forma, adecuarse de la mejor forma a los tiempos actuales.

¿Qué oportunidades de mejora se plantean?

Nuestra principal limitante en la formación es el espacio, más aún con la pandemia y las restricciones de aforo, lo que no nos permite aceptar a toda la gente que postula y eso es lamentable, porque quedan residentes fuera. Actualmente estamos realizando mucha actividad online, estamos con cuatro residentes por mes que no pueden venir todos los días por el aforo y nuestra opción es, a futuro, en el nuevo hospital, doblar el espacio, lo que sería muy importante para desarrollar mejor la docencia, contar con policlínicos docentes en paralelo, e incrementar la capacidad docente.

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